¿Por qué se ha suspendido la OPV de Loterías?
La que iba a ser la mayor privatización en la historia de España se ha quedado en un sueño. Los inversores institucionales internacionales no estaban dispuestos ni siquiera a valorar a Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado (Selae) en 18.000 millones, el precio más bajo al que estaba dispuesto a desprenderse el Estado de una de sus últimas joyas de la corona.
Aunque la recomendación de los colocadores era sacar a bolsa Loterías con un precio de mercado de 21.000 millones de euros.
El Ministerio de Economía y Hacienda decidió ayer aplazar la colocación asegurando que"la situación actual de los mercados es muy distinta a cuando se anunció la operación", y ante la presión que estaba ejerciendo el principal partido de la oposición.
Con esta decisión el Estado deja de ingresar 7.000 millones de euros que contribuían a sanear notablemente el calendario de financiación del Tesoro de aquí a final de año, lo que abre, por lo tanto, nuevos nubarrones en la ya de por sí delicada situación de la deuda española.
Fuentes del mercado ya aseguraban que mantener la valoración de 21.000 millones que realizó en el mes de abril el presidente de la compañía de juegos, Aurelio Martínez, era algo que no podía sostenerse. Los expertos apuntaban, más bien, a que la operación tendría lugar con un descuento que podría oscilar entre un 15 y un 20 por ciento. Esto supondría pagar un multiplicador en torno a las 9 veces el beneficio por una compañía con ingresos recurrentes y nada de deuda. Pero los inversores internacionales ni siquiera han estado dispuestos a pagar estos 18.000 millones de euros en el periodo previo a la colocación.
Muchos expertos ya apuntaban que vender a Loterías con esa valoración supondría "malvenderla". Unas quejas que ya había hecho anteriormente el principal partido de la oposición calificacando incluso de ser una operación con "precio irrisorio".
Selae tenía grandes fortalezas para los inversores. Su principal reclamo era la política de retribución. La compañía se había comprometido a pagar doce dividendos al año, algo inédito en la bolsa española, con la posibilidad de incrementar las entregas si se destinan los premios no entregados -alrededor del 30 por ciento- a remunerar también al accionista.
La compañía pretendía mantener esta atractiva política de retribución destinando entre el 80 y el 95 por ciento de su beneficio -pay out- a remunerar. Al mismo tiempo había mantenido conversaciones con las entidades bancarias para que esta continua retribución no repercutiera de forma negativa en el bolsillo de los inversores para que estas recortasen o incluso eliminasen las comisiones mínimas por el cobro del dividendo, que era lo que más penalizaba al pequeño inversor.
La compañía pretendía alcanzar una rentabilidad por dividendo de alrededor del 8 por ciento, lo que la situaba como una de las más atractivas del parqué español.Selae, además, reforzaba su situación de cara a la salida en bolsa alardeando que el dividendo que ofrecía era sostenible al apoyarse en un crecimiento que estimaban en torno al 3 por ciento. Algo muy diferente al de otras compañías como las entidades bancarias, donde los recortes en las previsiones de beneficio son constantes y repercute negativamente en la remuneración que recibirá el accionista.
Presión política
En el comunicado no se mencionó en ningún caso una cancelación en su salto al parqué.El Ministerio de Economía y Hacienda se limitó a aclarar que "la operación podrá retomarse cuando las circunstancias del mercado así lo recomienden".
Lo que queda claro es que, por el momento, el calendario que estaba previsto no seguirá su curso. Después de que el Consejo de Ministros diera luz verde a la operación el pasado viernes, el siguiente paso debería darse precisamente hoy. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) debía aprobar el folleto de la OPV que permitiría a Loterías colocar el 30 por ciento de su capital en bolsa el próximo 19 de octubre.
Pero aunque ya se había dado pasos importantes, el partido de la oposición mostraba su claro rechazo a la operación. El responsable de Economía del Partido Popular, Cristóbal Montoro, ya había insistido en que se cancelase la operación a menos de un mes de su estreno en bolsa.
Ayer, el secretario de Economía del Partido Popular, Álvaro Nadal, mostró ayer su alegría por el aplazamiento de una operación que consideraban "muy mala" y con la que, criticaban, se iban a perder ingresos. "Estamos muy satisfechos porque va a ser beneficiosa para las arcas públicas. Era una operación que no tenía ningún sentido económico y ha acabado como tenía que acabar", aseguró Nadal en declaraciones a elEconomista.
El diputado popular, sin embargo, no quiso entrar en si las presiones ejercidas por el PP en las últimas horas han tenido algo que ver en el aplazamiento. "No conocemos cuál ha sido el proceso, pero estamos contentos con la contundencia de nuestro mensaje", reconoció.
Si se hubiera vendido la compañía por debajo de los 18.000 millones, la oposición habría denunciado al Partido Socialista de dilapidar el escaso patrimonio público de cara a unas necesidades de financiación del Gobierno.
El vicepresidente del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Juan Iranzo, ha asegurado hoy que con la suspensión de la oferta pública de venta (opv) de Loterías y Apuestas del Estado se han "esfumado" unos ingresos para el Estado equivalentes a siete décimas de déficit público, con lo que se confirma que no se cumplirán los objetivos de estabilidad presupuestaria del Gobierno para 2011.
Iranzo, que ha impartido la conferencia inaugural del 'Foro de Economistas 2011' organizado por el Consejo de Colegios de Economistas de España, ha señalado que el objetivo de la operación "iba a reducir déficit", pese a que, contablemente, la venta de una empresa pública no computa como ingreso no financiero, sino como variación de activo.
Pero esto no se aplicar en el caso de Loterías, a su juicio, ya que se trata de ingresos patrimoniales y hubiera computado como ingreso corriente, para reducir déficit. "Esto ya hace siete décimas de más", ha indicado, asegurando que "difícilmente" se cerrará 2011 por debajo del 7%, frente al 6% previsto por Economía.
A esta situación contribuye también que es "obvio" que no se cumplirán los objetivos de crecimiento del 1,3% del PIB en 2011, y ha dado por segura un "estancamiento" en el 0,7%.
Subir impuestos, nunca
Iranzo ha asegurado que el Gobierno que salga de las urnas "antes del mes de enero" deberá presentar un "programa global de reformas" con el objetivo de reducir el déficit, exponiendo con claridad la situación económica. "La verdad inspira confianza, aunque sea muy dura", ha remarcado. No obstante, ha incidido en que "en ningún caso" se debe optar por subir impuestos.
Asimismo, ha señalado que es imprescindible "hacer viable el sector público" con una reforma de las administraciones "a todos los niveles" que contemple la reducción de empleados públicos. "Sobramos muchos", ha indicado, augurando un aumento del paro en este segmento. Además, ha apuntado que hay que mejorar la sanidad "de forma urgente". Tampoco ha descartado nuevos cambios en materia de pensiones debido al aumento de la esperanza de vida, "aunque esto no es lo urgente", ha incidido.
Asimismo, para mejorar la productividad ha abogado por lleva a delante una "verdadera" reforma laboral y la negociación colectiva, acabando con la ultraactividad de los convenios. En materia energética, ha rechazado el cierre de la central nuclear de Santa María de Garoña y ha abogado por el recorte de primas a las renovables.
Deuda perpetua
Respecto a la crisis del euro, Iranzo ha dado por hecho que Grecia recibirá las ayudas que necesita para evitar el 'default', si bien ha apuntado que una opción sería que Europa reconozca que el saldo "no se va reducir en mucho tiempo" y se estudie en convertir la deuda pública de los países rescatados o cuyas finanzas públicas suscitan dudas en los mercados, como España (que ha recordado que forma parte de los PIIGS junto a Portugal, Irlanda, Italia y Grecia), en deuda "perpetua" o permanente.
Así, la reestructuración no sería tan "traumática", al no contar con el "estrés" de los vencimientos y se podría crear un "mercado secundario" donde los propios Estados miembros podrían obtener financiación. "Es una solución transitoria, en cualquier caso, porque la clave es mejorar la competitividad", ha incidido.
COMENTARIOS
Este individuo es un nítido exponente de porqué España está donde está y no sale ni saldrá de la crisis con las medidas que se están tomando.
Primero, defiendo la venta de una empresa pública rentable como es Loterías del estado para recortar 7 décimas del déficit pero sin hablar de qué ingresos dejará de ingresar el estado en los años futuros.
Segundo, incide en la campaña de demonización de los empleados públicos preparando el terreno para recortes brutales a nivel de despidos y sueldos sobre un colectivo que poco tiene que ver con las causas de la crisis y que no está ni mucho menos sobredimensionado a nivel de número ni a nivel de sueldos.
Tercero, afirma que la subida de impuestos no es la solución cuando realmente es la única solución justa y la que podría evitar la caída en el abismo de la clase trabajadora frente al enriquecimiento constante de las grandes fortunas y el aumento sin fin de los beneficios empresariales.
Y por último, cuarto, defiende una reforma laboral que sólo va a conseguir arruinar aun más a la clase trabajadora pues significará un aumento del paro y una reducción de unos saliarios ya de por sí muy mínimos. Esto no puede más que hundir el consumo interno y reducir a nulas cualquier posibilidad de escapar de la crisis.
Otro exponente del neoliberalismo salvaje que nos ha llevado a estar donde estamos y que nos sigue hundiendo más y más en el pozo con la única intención de que unos pocos puedan seguir aumentando sus beneficios a costa de la sociedad civil.
Nada justifica mantener un euro sobrevalorado, su revalorización del 50% respecto al dólar desde 2003, para beneficio conjunto de las transnacionales y la banca, que otorgó créditos en euros y tiene deudas en dólares, por lo que, a euro más alto, más ganancia.
El BCE, con el argumento absurdo de combatir la inflación, incluso cuando el riesgo es de deflación, en la crisis mantiene los tipos de interés cinco veces más altos que en EEUU, lo que atrae capitales especulativos y revaloriza el euro a costa de encarecer el crédito y acentuar la recesión. Para pagarla, los países con más deuda realizan una masiva privatización de activos públicos.
En España desde la muy rentable Loterías del Estado, las Cajas de Ahorro, el abastecimiento de agua, hasta segmentos de la sanidad y la educación, bocados apetitosos que garantizan altas rentas.
También bajan impuestos al capital, suben los del consumo y las tarifas de servicios, bajan salarios públicos y privados, reducen pensiones y aumentan los años de trabajo para jubilarse.