SUPERCONDUCTORES TODOPODEROSOS, UN NUEVO INVENTO DE LOS CIENTÍFICOS RUSOS

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SUPERCONDUCTORES TODOPODEROSOS, UN NUEVO INVENTO DE LOS CIENTÍFICOS RUSOS
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Publicado: 01 jul 2011 | 16:27 MSK

Los científicos rusos crean superconductores cuya aplicación es prácticamente infinita: desde un sistema contra apagones hasta el transporte del futuro.

Los especialistas del centro de investigaciones Superconductor Ruso son los encargados de la realización de estos proyectos. Así han elaborado un acumulador de energía de nueva generación. El invento está destinado a funcionar en condiciones extremas, como por ejemplo, los momentos que suceden a un corte de energía en una central atómica o en un gran aeropuerto.

Lo que distingue a este superconductor respecto a sus análogos es su capacidad de ponerse en marcha inmediatamente, sin perder ni un segundo. Alexánder Katsá, el director general de Superconductor Ruso, señala que además “este proyecto obtiene un destacado rendimiento económico. Planeamos que los recursos se acumulen por la noche, cuando la energía es más barata. Y se utilizará ya de día. Por otra parte, se adapta bien a todos los sistemas de energía que ya existen”.

Los científicos aún están poniendo a prueba la versatilidad de su invento y estudian empezar a producirlo de cara a las necesidades industriales en los próximos años. Pero el acumulador de energía es sólo una parte de un proyecto que tiene como objetivo primordial modernizar la economía nacional. Los planes de los ingenieros son muy ambiciosos y sus perspectivas son de largo plazo.

Otro proyecto de los especialistas rusos que provoca un gran interés es un modelo transporte del futuro. Lo primero que hace falta para el tren es una carretera de material magnético. Luego hay que añadir nitrógeno líquido para que todo empiece a funcionar. Lo curioso del proceso es que el tren se mueve sin tocar la superficie de la vía. De esta manera, no existe ninguna fricción o roce y parece que el tren estuviera volando.

Esto es posible gracias a las cualidades de los materiales superconductores que se utilizaron en su construcción. Los ingenieros aseguran que este proceso sería muy útil a la hora de organizar este medio de transporte en el futuro, ya que tendría indudables ventajas: rapidez (ya que las máquinas podrían alcanzar los 500 kilómetros por hora),  seguridad (su sistema de funcionamiento resulta paradójicamente sencillo) y su respeto hacia el medio ambiente (porque el nivel de emisiones de CO2 a la atmósfera es varias veces inferior al de sistemas similares).

“El dinero que va a invertirse en este proyecto se compensará muy pronto debido al bajo coste de su explotación y también al bajo consumo de energía. Creo que la gente ya es más consciente de cara a conservar el medio ambiente en el que habitan. Así que un día, que no está muy lejos, podremos movernos por la tierra como si fuéramos en un avión”, asegura Dmitri Dezhin, del centro de investigaciones.

La industria de los materiales superconductores comenzó a desarrollarse en Rusia a mediados del siglo pasado, pero es ahora cuando los científicos están más cerca que nunca de recibir los frutos prácticos de sus años de investigación y estudios. Y precisamente los resultados llegan en el momento más oportuno: justo cuando la cuestión del ahorro energético y el uso razonable de los recursos naturales encabezan la lista de necesidades y prioridades de la humanidad.

Los científicos rusos crean superconductores cuya aplicación es prácticamente infinita: desde un sistema contra apagones hasta el transporte del futuro.

Los especialistas del centro de investigaciones Superconductor Ruso son los encargados de la realización de estos proyectos. Así han elaborado un acumulador de energía de nueva generación. El invento está destinado a funcionar en condiciones extremas, como por ejemplo, los momentos que suceden a un corte de energía en una central atómica o en un gran aeropuerto.

Lo que distingue a este superconductor respecto a sus análogos es su capacidad de ponerse en marcha inmediatamente, sin perder ni un segundo. Alexánder Katsá, el director general de Superconductor Ruso, señala que además “este proyecto obtiene un destacado rendimiento económico. Planeamos que los recursos se acumulen por la noche, cuando la energía es más barata. Y se utilizará ya de día. Por otra parte, se adapta bien a todos los sistemas de energía que ya existen”.

Los científicos aún están poniendo a prueba la versatilidad de su invento y estudian empezar a producirlo de cara a las necesidades industriales en los próximos años. Pero el acumulador de energía es sólo una parte de un proyecto que tiene como objetivo primordial modernizar la economía nacional. Los planes de los ingenieros son muy ambiciosos y sus perspectivas son de largo plazo.

Otro proyecto de los especialistas rusos que provoca un gran interés es un modelo transporte del futuro. Lo primero que hace falta para el tren es una carretera de material magnético. Luego hay que añadir nitrógeno líquido para que todo empiece a funcionar. Lo curioso del proceso es que el tren se mueve sin tocar la superficie de la vía. De esta manera, no existe ninguna fricción o roce y parece que el tren estuviera volando.

Esto es posible gracias a las cualidades de los materiales superconductores que se utilizaron en su construcción. Los ingenieros aseguran que este proceso sería muy útil a la hora de organizar este medio de transporte en el futuro, ya que tendría indudables ventajas: rapidez (ya que las máquinas podrían alcanzar los 500 kilómetros por hora),  seguridad (su sistema de funcionamiento resulta paradójicamente sencillo) y su respeto hacia el medio ambiente (porque el nivel de emisiones de CO2 a la atmósfera es varias veces inferior al de sistemas similares).

“El dinero que va a invertirse en este proyecto se compensará muy pronto debido al bajo coste de su explotación y también al bajo consumo de energía. Creo que la gente ya es más consciente de cara a conservar el medio ambiente en el que habitan. Así que un día, que no está muy lejos, podremos movernos por la tierra como si fuéramos en un avión”, asegura Dmitri Dezhin, del centro de investigaciones.

La industria de los materiales superconductores comenzó a desarrollarse en Rusia a mediados del siglo pasado, pero es ahora cuando los científicos están más cerca que nunca de recibir los frutos prácticos de sus años de investigación y estudios. Y precisamente los resultados llegan en el momento más oportuno: justo cuando la cuestión del ahorro energético y el uso razonable de los recursos naturales encabezan la lista de necesidades y prioridades de la humanidad.

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