Al-Jazeera, la voz de las revoluciones árabes
Al-Jazeera, la voz de las revoluciones árabes
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Al-Jazeera, la voz de las revoluciones árabes
A lo largo de su historia, esta cadena ha sufrido atentados, encarcelamientos de sus corresponsales, censura e intentos de liquidarla y la han acusado de tener relaciones privilegiadas con los terroristas de Al Qaeda. Incluso fue bombardeada por EEUU en Afganistán y como objetivo de bombardeo en la Guerra de Irak, como desvelaron documentos filtrados de la Administración Bush.El gobierno de Mubarak en Egipto ha ordenado hace días a Al Jazeera suspender sus emisiones en el país.
Otros países de Oriente Medio han tomado medidas similares.
¿Es posible aplicar una censura férrea para evitar la difusión de las revueltas?
Incluso han fundado canales que le hagan competencia para mermar su efecto
A pesar de que los gobiernos han intentado poner puertas al campo, los recursos tecnológicos como Facebook y Twiter siempre han permitido sortear los intentos de censura.
Actualmente en televisión, sin embargo, no son los grandes cadenas occidentales las que cuentan a la población árabe (320 millones) lo que pasaba en las calles. Tanto en Túnez como en Egipto, una voz independiente árabe acompaña la protesta popular: Al Jazeera.
-¿Cómo se originó Al-Jazeera?
La idea de Al-Jazeera comenzó en 1995 un emir de Qatar.
En 1995 había un canal de televisión árabe de la BBC trabajando desde Londres y con televidentes en muchos países, especialmente en Qatar.
Un periodista árabe de la BBC , Adnan Al Sharif conversando con un emir de Qatar después de una entrevista, surgió la idea de la organización de un canal independiente desde el mundo árabe.
El emir, formado también en occidente, pidió a Al Sharif que se quedara en Qatar para intentar crear un canal independiente.
Poco después, el canal de la BBC en árabe cerró debido a que los periodistas árabes de la BBC, publicaron un reportaje sobre Arabia Saudí.
“ Acción que por cierto, se sigue haciendo en los países árabes, si un periodista publicase algo que no va con la línea oficial, se clausura el programa o el periódico y con suerte se despide el responsable o responsables o ira a la cárcel”.
El reportaje en cuestión no gusto a Arabia Saudí, y presionó para cerrar el canal BBC en árabe.
Fue represalia a su atrevimiento, los periodistas árabes fueron despedidos y quedaron sin trabajo.
Eso liberó a todos los profesionales experimentados que pudieron incorporarse de inmediato al proyecto Al-Jazeera.
Ha que destacar que son periodistas árabes de gran profesionalidad bien cualificados y formados en Occidente y bien concienciado sobre la objetividad, libertad de expresión y etc…
En junio-julio de 1996 comenzamos a producir el piloto de la emisión y en noviembre de 1996 lanzamos la transmisión real”.
Al Jazeera, que significa “península” en árabe, y su logo es la caligrafía árabe de la palabra.
Al principio la gente desconfiaba mucho del hecho de que Al-Jazeera fuese un medio independiente
Ahora, sin embargo, los gobiernos de la región saben que si no aparecen en el canal nadie escuchará su versión de los hechos.
El canal de noticias es seguido en más de cien países, con acceso a 220 millones de hogares y cuenta con 400 periodistas que trabajan en 60 países distintos, según su página web.
A pesar de su vinculación original al emir de Qatar, Al Jazeera ha conseguido incomodar tanto al Gobierno de los Estados Unidos como a los dirigentes de Jordania, Siria, Kuwait, Arabia Saudí, Argelia, Marruecos, Mauritania Libia y, por descontado Túnez y Egipto que la consideran responsable de las actuales revoluciones .
A lo largo de su historia, esta cadena ha sufrido atentados, encarcelamientos de sus corresponsales, censura e intentos de liquidarla y la han acusado de tener relaciones privilegiadas con los terroristas de Al Qaeda. Incluso fue bombardeada por EEUU en Afganistán y como objetivo de bombardeo en la Guerra de Irak, como desvelaron documentos filtrados de la Administración Bush.
Al Jazeera tiene diez canales de televisión, cinco de ellos dedicados a deportes, aunque es conocida principalmente por su canal de noticias 24 horas, que difunde sus noticias tanto en árabe como en inglés.
La medición de audiencias en los 200 países que pueden recibir la cadena vía satélite no es muy fiable, pero no es aventurado suponer que sus espectadores se cuentan por millones, posiblemente entre 40 y 60 más o menos fieles.
La libertad de expresión no es un valor muy afianzado entre los medios de comunicación de los países árabes, con gobernantes autoritarios que dirigen el país con mano de hierro. La mayoría de los gobiernos practican la censura y sus televisiones son meros instrumentos de propaganda casi surrealista.
Al Jazeera, en cambio, ha apostado por un periodismo independiente, incómodo, y, encima, consiguiendo audiencias millonarias sin hacer entretenimiento.
La cadena no inquieta tan solo a los gobernantes árabes. En Europa y Estados Unidos no se sienten cómodos con su línea editorial porque su punto de vista en política internacional es el árabe, pocas veces coincidente con la visión diplomática de los países occidentales.
Para contrarrestar sus informaciones, EEUU dedica, con poco éxito de audiencia, 100 millones de dólares anuales a un canal en árabe, Al Hurra, “ la libre” mientras que la BBC emite también en esta lengua uno de sus servicios mundiales de noticias por televisión.
Sin embargo, algo está cambiando. Durante la crisis de Egipto el seguimiento de Al Jazeera en EEUU se ha incrementado un 2750% contabilizando 1.6 millones de espectadores a través de internet. Además parece que las grandes distribuidoras de cable, Comcast y Directv, que hasta ahora se habían negado a distribuir la señal de la cadena de Qatar, están reconsiderando su decisión.
Desde luego, Al Jazeera es un protagonista de primer nivel en las convulsiones que afectan a los países árabes.
Si Internet es la herramienta particular de los manifestantes, seguramente la opinión masiva está construida en buena parte por las informaciones del canal de Aljazzera.
Tags: Aljazeera, Arabia Saudi, argelia, Caligrafía árabe, cultura árabe, Egipto,idioma árabe, Islam, lengua árabe, Libia, Marruecos, mundo arabe, revolución árabe, tunez
Larga vida a Al Yazira” gritaban los manifestantes en la plaza de la Liberación de El Cairo durante las protestas que han acabado con Hosni Mubarak. La cadena catarí de televisión se ha convertido en un símbolo para la población que se está rebelando contra los regimenes autoritarios en el mundo árabe.
La cobertura en directo de las manifestaciones en Túnez y en Egipto es la demostración de una potencialidad mediática que ha convertido Al Yazira en un importante actor en el tablero internacional, algo que asusta a los líderes de muchos países.
Ya no es solo Internet lo que preocupa a los dictadores, por su capacidad de aglutinar los jóvenes como catalizador de la protestas y por la posibilidad de informar y de sortear la censura, ahora está también la televisión sin fronteras.
El éxito de las revueltas en Egipto, esa ‘revolución en directo’ es todo un hito en la información y en la política internacional.
Los ciberactivistas iraníes, que se volcaron para animar en la Red la manifestación del 14 de febrero, prohibida oficialmente, han lanzado una página en Facebookpara animar a Al Yazira a seguir las protestas en Irán. Hay una imagen en esta página web que dice, en inglés y en farsi: “Al Yazira, por favor, cubre Irán como hiciste con Egipto”.
La cadena catarí no tiene licencia para retrasmitir en directo desde el país persa y no puede cubrir las manifestaciones como hizo en Egipto y en Túnez.
El régimen iraní ya se enfrentó a Al Yazira en abril 2005 acusándole de fomentar una revuelta y también en junio 2009, durante las protestas por la polémica reelección de Mahmud Ahmadineyad.
También los Gobiernos de Bahréin, Libia y Yemen, acorralados estos días por las protestas masivas, impiden la retransmisión en directo a la televisión panárabe, que tiene que recurrir a las imágenes que le envían videoaficionados e internautas. En enero nació Al Jazeera Transparent Unit, que tiene como objetivo movilizar a su audiencia para que le remita documentos, fotos, audio y vídeos.
Los regimenes, acosados por la calle, han empezado a utilizar a la población para atacar a la cadena catarí, acusada de ingerencia. Al Yazira no ha sido autorizada a entrar en Libia, y además elrégimen de Gadafi se esfuerza para que no pueda ser vista interfiriendo la señal del satélite.
La televisión estatal libia Al Jamahirya ha mostrado estos días imágenes de cientos de personas manifestándose en apoyo al régimen y atacando a Al Yazira. En los vídeos retransmitidos por la televisión libia, los ciudadanos enseñaban retratos de Gadafi y criticaban a la cadena catarí. “Digan a Al Yazira que no queremos a nadie más que no sea nuestro líder”, cantaban en las concentraciones celebradas en Trípoli y en Sirte.
Durante las protestas en Egipto, el régimen de Mubarak atacó directamente la cadena catarí, pero esta no dejó ni un momento de informar de lo que ocurría en las calles de El Cairo.
Primero el Gobierno ordenó al canal suspender sus emisiones y luego cortó la señal del satélite a través del cual emitía, por considerar que incitaban a los egipcios contra el Ejecutivo y exageraban la importancia de las protestas.
Paralelamente, retiraron a sus periodistas las acreditaciones y el 4 de febrero sus oficinas en El Cairo fueron incendiadas y su web atacada por hackers.
Al Yazira también ha sido vetada en Jordania, Siria, Kuwait, Arabia Saudí y Argelia. Desde su nacimiento, los Gobiernos autoritarios árabes no recibieron de buen agrado el canal televisivo porque se daban cuenta que se abría una brecha en su control absoluto de la información.
Desde hace unos años algunos países árabes intentan quitarle audiencia a Al Yazira. Mubarak inundó sus canales nacionales de televisión con deportes, series, películas y programas de entrevistas nocturnos.
La familia real saudí también ha adoptado una estrategia similar, importando programas de entretenimiento extranjeros. El objetivo es seducir a su gente con programas atractivos de entretenimiento para robarle publico a Al Yazira.
Los periodistas de la cadena catarí están acostumbrados a vivir bajo las presiones del poder político en Oriente Próximo.
A menudo han tenido impedimentos para obtener un visado en países vecinos de Qatar, han sufrido presiones económicas, arrestos injustificados de reporteros, amenazas de muerte e incluso bombardeos a sus instalaciones.
En octubre 2010, el Gobierno de Marruecos suspendió la acreditación de dos periodistas porque estaba “molesto por la línea editorial de la televisión”, por sus críticas hacia el régimen. Ya en 2008 las autoridades marroquíes habían prohibido a la cadena la emisión de un programa de noticias sobre los países del Magreb.
El Gobierno de Bahrein acusó en mayo de 2010 a Al Yazira de “incumplir las normas profesionales” y de acatar las leyes sobre la prensa del país. Y el 14 diciembre las autoridades de Kuwait cerraron las oficinas de donde emitía.
Hipocresía occidental
Pero los países árabes no son los únicos que han atacado a Al Yazira. Los Gobiernos occidentales han mostrado una doble moral frente a ella.
Mientras ahora alaban la libertad de expresión en el mundo árabe, critican la censura de los regimenes autoritarios y siguen con discreto pero creciente interés las imágenes de la cadena catarí, hasta hace poco su visión era completamente diferente.
Antes la imagen mayoritaria en ciertos sectores occidentales, sobre todo estadounidenses, presentaba al canal como poco más que un portavoz de Al Qaeda.
Esa imagen se creó durante el Gobierno de George W. Bush, sobre todo cuando estallaron las guerras contra Afganistán e Irak. Según la administración Bush, Al Yazira se plegaba al servicio de intereses islamistas radicales, no era imparcial y se alimentaba de propaganda anti-estadounidense.
Estados Unidos no se limitó a criticar. Bombardeó sus oficinas en Kabul, en noviembre de 2001, y en Bagdad, en abril de 2003.
En ambas ocasiones, Washington dijo que los ataques se habían producido por error, pero era evidente que la Administración Bush estaba muy incomoda con Al Yazira porque emitía vídeos de Al Qaeda y cubría los conflictos de EEUU en Oriente Próximo desde la perspectiva árabe.
El diario británicoThe Daily Mirror publicó documentos secretos que revelaban que el entonces presidente estadounidense, George Bush, había planeado bombardear las oficinas de Al Yazira en su sede central de Doha.
Como estrategia de boicot mediático, el Gobierno norteamericano puso en marcha Al Hurra, un canal de noticias en árabe por satélite con sede en EE UU, para el que destina más de 100 millones de dólares anuales.
Pero EE UU no ha sido el único país occidental que ha atacado a Al Yazira. Uno sus reporteros fue condenado en España a siete años de prisión bajo la acusación de “ser un correo de Al Qaeda” tras entrevistar a Osama Bin Laden después de los atentado del 11 de septiembre de 2001.
El periodista fue liberado tras un año de cárcel y puesto en prisión domiciliaria por problemas de salud. En sus 15 años de vida, la cadena ha sido boicoteada, prohibida e incluso bombardeada, pero ha logrado convertirse en el canal de noticias más visto en Oriente Próximo, con una audiencia de unos 50 millones de personas.
En pleno del acoso por los regímenes autoritarios, la cadena continúa realizando su trabajo sin cesar el esfuerzo informativo. Su web ha incrementado su tráfico un 2.000% desde el comienzo de la revuelta de Túnez.
Además, a través de su cuenta en Twitter en inglés, @AJEnglish, ha seguido informando de lo que ocurría, con un notable éxito.
Creada en 1996 con el apoyo económico del emir de Qatar, el canal de noticias retransmite en más de cien países, llega a 220 millones de hogares y cuenta con 400 periodistas que trabajan en 60 países distintos, según su página web.
Empezó emitiendo solo en árabe pero en 2006 se lanzó su canal en inglés, para ampliar su audiencia y llegar a un público global, que en estas semanas está pendiente de sus imágenes para poder seguir en directo los acontecimientos históricos que se desarrollan.
Veinte años después de que la CNN se erigiera en el gran medio de comunicación global por su cobertura de la invasión estadounidense de Irak en la primera Guerra del Golfo, la televisión catarí ha tomado el testigo como referente informativo por el papel que está jugando en las revueltas en el mundo árabe.
Si en 1991 se hablaba del efecto CNN, ahora es el efecto Al Yazira que ha revolucionado no solo la información sino también la política internacional por la visibilidad que la cadena está dando a los acontecimientos en regiones mas alejadas del foco occidental.
Una ventana abierta hacia la calle árabe que muchos han intentado cerrar, pero que sigue dando guerra para mostrar las noticias desde otro punto de vista que incomoda a muchos, desde oriente a occidente.
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