ALDEA GLOBAL
El asunto de los controladores ya está visto para sentencia. ¿Pero sabemos qué ha pasado en realidad? El vocerío ha sido de tal magnitud que ha resultado difícil tanto escuchar lo que decían unos y otros como filtrar la avalancha de ‘informopinión’ que se nos ha venido encima. Muchos siguen diciendo que los controladores merecen poco menos que el garrote vil. Como me ha dicho hoy una amiga con mucho ojo, este asunto está sacando la derecha que llevamos dentro. Estridencias al margen, ¿quién ha sido quién en el ‘controladoresgate’?
La historia comenzó hace meses, cuando el Gobierno declaró la guerra públicamente a los controladores para rebajar su remuneración. En febrero se aprobó un decreto por el que, según César Cabo se les aumentaba el 50% la jornada laboral y se les reducía el sueldo un 50%. Asimismo, se fijaba un máximo de 1670 horas de trabajo al año. Nueve meses después, el gobierno elige el viernes anterior al mayor puente del año en España para aprobar otro decreto por el que endurece más las condiciones de los controladores. ¿No es extraño?
Si nuestros gobernantes no previeron hasta qué punto podía esto provocar la reacción airada de un sector tradicionalmente ‘protestón’ como el de los controladores, es que son bobos. Pero lo malo es que sí lo hicieron, si lo previeron. Eran conscientes del jaleo que se podía montar. Y lo sabemos gracias a que Carme Chacón ha reconocido que ordenó la mañana del viernes que los militares estuvieran en alerta. ¿Por qué esta precaución si no era porque temían la rebelión? Con todo y con eso, tenían que aprobar el decreto el viernes, jugando con los desplazamientos de los ciudadanos, dándole a los controladores la cerilla con la que prender el fuego. Y éstos, engreídos en su condición de sector clave, viéndose invencibles por su calidad de imprescindibles, iniciaron el incendio.
¿Podría ser verdad que en realidad el Gobierno quisiera que sucediera lo que sucedió? Me cuesta tanto creerlo… Pero dejan pocas alternativas. ¿Acaso no podían haber aprobado el decreto el jueves tras el puente? ¿Por qué esas urgencias? La situación laboral de los controladores es este año igual de privilegiada o no que en los treinta años anteriores. ¿Y tiene el gobierno que echar el órdago el viernes 4 de diciembre?
Si asumimos la tesis que que el gobierno quería que hubiera rebelión, asumimos que tenían una estrategia muy pensada con fines que se me escapan (¿relacionados con la privatización de Aena, necesidad de mostrar fortaleza, desviar la atención?, quién sabe). Unos listos. Eso creen. Pero son bobos. Bobos porque de este hecho sólo recogeremos pérdidas. Para empezar, las ya sufridas de viajes y tiempo durante el puente tanto para viajeros como para empresas turísticas. Pero es más trágica incluso la consecuencia que tendrá para las arcas públicas el pago de indemnizaciones. Se estima que podrían rondar los 500 millones de euros. Una barbaridad que habremos de pagar entre todos, ya que Aena aún es propiedad del Estado. Pero hay truco. El Gobierno podría incluir el pago de parte de las indemnizaciones en la venta de Aena, de modo que descontaría ese monto de la cantidad que habría de pagar el comprador.
Es decir, Aena ahora es mucho más barata que la semana pasada. Aventuro que como el comprador sea uno de los habituales beneficiados de las decisiones de este Gobierno, habrá movida.
Será debido a que con la crisis los afligidos ciudadanos giramos la vista al cielo pidiendo explicaciones o ayuda, que han empezado a surgir representantes de dios en la tierra que, sabedores (eso creen) de su condición celestial, se han visto obligados a desplegar sus alas de angelote y anunciarnos la buena nueva: están entre nosotros.
Empiezo por el que vuela más alto, dirigiendo el mundo, resplandeciendo las perlas que tiene por dientes cuando el sol, su papá, ilumina su arrogante vuelo. En esta su misión en la Tierra se hace llamar Geoff Morrell y ha estado disimulando su condición de semidios ocupando el cargo de Portavoz del Pentágono. Pero ya era hora de mostrar sus verdaderas credenciales. Y ha elegido la cadena que hace bandera de tener en su mano ‘la verdad’, Fox News. En unaentrevista respecto a la filtración de Wikileaks, dice Geoff:
“Se produjeron situaciones embarazosas e incómodas para el gobierno de Estados Unidos, claramente puso a quienes cooperan con nosotros, incluso a nuestros diplomáticos, en posiciones difíciles (afortunadamente no peligrosas). Pero no tuvo impacto en el poder o prestigio de América, al menos a grandes rasgos. El Secretario Gates no lo cree así. La gente no se relaciona con América necesariamente porque les gustemos o incluso confíen en nosotros. Se relacionan con nosotros porque deben hacerlo. Somos el último, el único, el indispensable poder que queda“.
Morrell descubre a la vez la arrogancia de los dirigentes de Estados Unidos y el desconocimiento de lo que les sucedió a otros imperios que les han precedido en la historia. “Indispensable, único…” son adjetivos llenos de engreimiento, que incluyen una dosis de amenaza, recordando quién manda aquí. Desprenden, al tiempo, un tufillo a ‘misión’, a quien ha creido como dogma en la propia tarea de liderar el mundo. Realmente, dan miedo y producen desprecio.
El otro enviado divino, que ya reveló algunos de sus poderes celestiales al ser el primer ser humano que a la vez tenía bigote y no lo tenía, ha elegido para su anunciación uno de los propios cables divulgados por Wikileaks. Ya incluso antes de ponerse a la cabeza de la lucha contra el cambio climático que dice a la vez que no existe (el ‘diablillo de las paradojas’ le llaman en el equivalente de Oropesa del Mar en el Olimpo), José María Aznar (todos en pie!) decía en confidencia al embajador de Estados Unidos.
“Si veo a España desesperada, quizá tendría que volver a la política”.
El amigo Ansar, entrañable ahora en su desempeño de actividades privadas enormemente lucrativas, nos regala a menudo chanzas y cuchufletas (sólo así se entienden declaraciones comoésta, está o ésta). Es una labor de concienciación la suya, haciéndonos ver lo patético que es estar enfermo de ‘egolatría’ para que evitemos ser contagiados. El tío realmente está convencido de que es un salvador. Confirma que no ha hecho autocrítica de su gestión ni abierto los ojos a lo que sus actos produjeron. Cuando Aznar nos dejó solos, en realidad era como el padre que al enseñar a montar en bicicleta a su hijo, deja de sujetar la bici para dejar todo en manos del niño pero atento a reaccionar para evitar cualquier caída. Gracias por velar por nuestro bienestar. Lo mismo que dicen los familiares y amigos de los 85.000 muertos civiles en Irak (por cierto, esta cifra también la sabemos gracias a Wikileaks).
El vídeo con la entrevista a Geoff Morrell:
Una vez más, Estados Unidos ha salido al paso de las denuncias de Wikileaks acusándoles de espionaje y traición y denunciando que pone en peligro la estabilidad mundial. Es como si yo hubiera robado un banco ayer y acuso a la cámara de seguridad por haberme grabado y advierto de que mi libertad está en peligro. Nos ha jodido. Y merecidamente. Igual que si se ve amenazado el statu quo de la diplomacia mundial gracias a que hemos podido conocer la suciedad de sus tejemanejes.
La encargada de hacer pública la reacción del gobierno americano ha sido Hillay Clinton. Como decidió no asumir responsabilidades ni hacer autocrítica, he decidido echarle una mano para sacar fuera esas verdades que le queman… Ánimo, Hilaria, you can.
La versión original de la comparecencia es del diario El Mundo; la otra, puro sentido común.
Lo que ha dicho: La filtración de documentos de Wikileaks “no es sólo un ataque a la diplomacia de Estados Unidos, sino a la comunidad internacional”.
Lo que pensaba: La filtración de documentos de Wikileaks “no es sólo peligrosa por sacar a la luz nuestro espionaje internacional si no que también pone en evidencia que todos los demás hacen lo mismo o al menos lo intentan”.
Lo que ha dicho: “Estados Unidos condena firmemente la publicación ilegal de información clasificada, que pone la vida de personas en peligro, amenaza nuestra seguridad nacional y socava nuestros esfuerzos para trabajar con otros países”.
Lo que pensaba: “El gobierno de Estados Unidos está molesto porque se airee la realidad de su política pese que hemos hecho leyes para proteger sus actividades ilegales. Esto pone en peligro que sigamos usando nuestros embajadores como espías para controlar el mundo”.
Lo que ha dicho: Clinton avisó de que van a adoptarse nuevos protocolos de seguridad en el Departamento de Defensa y en otros para proteger la información que provee al suyo para que filtraciones como ésta no vuelvan a repetirse.
Lo que pensaba: Clinton advirtió a quiénes se hayan ido de la lengua que lo pagarán caro y que van a comprobarles hasta el contenido de los intestinos para evitar que volvamos a saber a qué se dedican realmente.
Lo que ha dicho: Se están tomando “fuertes medidas para atrapar al responsable que ha robado esos documentos” y que se llevarán a cabo “acciones específicas” en el Departamento de Estado.
Lo que pensaba: Clinton reconoció que no tienen la menor idea de cómo evitar más filtraciones y van a iniciar una caza de brujas en el Departamento de Defensa y en otros “para proteger nuestras tareas de espionaje del escrutinio de los ciudadanos”.
Lo que ha dicho: Clinton señaló que esta revelación es un ataque a “las alianzas y negociaciones que hay en marcha a nivel internacional” para buscar la paz y la prosperidad en el mundo.
Lo que pensaba: Clinton señaló que esta filtración permite que “el resto del mundo sepa cómo somos y empiecen a proteger su información mejor, complicándonos la tarea de espionaje”.
Lo que ha dicho: Se mostró confiada en que las relaciones que se han forjado con otros países durante el Gobierno del presidente Barack Obama “resistan este desafío” y aseguró que estas alianzas continúan siendo el centro de la política exterior estadounidense.
Lo que pensaba: Advirtió al resto de países de que al que se queje le espera un severo castigo, ya que pese a habérseles visto las vergüenzas, siguen siendo los que mandan y seguiremos haciendo lo que quieran.
Lo que ha dicho: Clinton, que no quiso comentar el contenido particular de los cables ya difundidos, señaló que Estados Unidos “condena profundamente la publicación de cualquier documento cuya intención era que fuera confidencial, incluidas discusiones privadas entre los socios, o las declaraciones y observaciones personales” de los diplomáticos estadounidenses.
Lo que pensaba: Clinton se negó a comentar el contenido de los cables, ya que “eso me podría llevar ante un jurado”, por lo que señaló que “este gobierno está realmente cabreado porque sus documentos de espionaje sean conocidos por la gente pese a nuestros esfuerzos para trabajar en la sombra y mantener a nuestros espías trabajando sin molestias”.
Lo que ha dicho: La secretaria quiso destacar que la política exterior estadounidense se hace en Washington y no se fija en base a estos mensajes: “Nuestra política es un asunto público, como se demuestra en nuestras declaraciones y en nuestros actos en todo el mundo”.
Lo que pensaba: La secretaria quiso manipular a la opinión pública diciendo que apenas hacen caso a los espías y que “queremos que piensen que nuestros actos coinciden con nuestras declaraciones públicas, cuyos mensajes preparamos durante horas para ocultar nuestras actividades”.
Tras los vomitivos comentarios de salidillo baboso de Salvador Sostres en un descanso de un programa de Telemadrid, sorprendió la distante reacción de Esperanza Aguirre (“Las conversaciones privadas son privadas”). Pero resulta que no siempre ha hecho lo que dice opinar. De declaraciones privadas de Zapatero y Gallardón, por ejemplo, sí tuvo cosas que decir.
¿Recuerdan cuando al bisoño y aún socialista Zapatero le dijo Jordi Sevilla que le enseñaría economía “en dos tardes” pensando que nadie les escuchaba? Pues todos los oímos. Incluída Esperanza Aguirre. Era un comentario hecho en privado, pero la respetuosa con Sostres, el comedor de lionesas casi virginales, no perdió la oportunidad de comentarlo: “Zapatero no quiere oír hablar de medidas ortodoxas. Ya tuvo bastante él con las dos tardes de economía que le recomendó Jordi Sevilla”.
Otra: cuando tras una entrevista en televisión con Gabilondo, el presidente Zapatero dijo aquello de ‘Nos conviene que haya tensión’, Aguirre, castiza ella, dijo en la Cadena Ser: “Le han pillado con el carrito de los helados [...] Me parece impresentable que una persona que está todo el día pregonando el talante de la alegría quiera tensión”. (así lo contó El Imparcial). Y en la Asamblea de Madrid: “¿Qué pasa, que quieren poner tensión? El único compromiso que tiene el presidente del Gobierno es el de tensionar porque le conviene electoralmente”. Opinó, vaya que si opinó.
¿Y qué me dicen de la biografía autorizada de la ‘lideresa’ popular? En ella, cuenta varias situaciones y conversaciones privadas que no le parecieron privadas, a diferencia de las hechas por Salvador Sostres, que dice que le gustan las jóvenes ‘de primer rasurado’.
Démosle la vuelta al argumento: ¿qué hemos sabido del pensamiento de Esperanza Aguirre,condesa de Murillo y Grande de España, gracias a los micrófonos abiertos?
- La malhablada: sobre el reparto de sillones directivos en Caja Madrid, dijo Aguirre: “Hemos tenido la inmensa suerte de poderle dar un puesto a IU quitándoselo al hijo puta”.
- La política voraz: “Esta mañana yo ya he dicho barbaridades, he dicho que una reforma laboral light no vale”, le decía a Rajoy ufanándose de crispar forzadamente a quien había escuchado su discurso anterior.
- La déspota (y de nuevo malhablada): durante una visita a Becerril de la Sierra, al ver alguna de las actuaciones llevadas a cabo por el Ayuntamiento, le suelta al alcalde de la localidad: “¿Pero cómo puedes autorizar esa puta mierda?”.
Cuando hablamos de políticos, podemos decir ‘Por sus palabras les conoceréis… pero sólo si no saben que las escucháis’.
El vídeo con las repugnantes palabras de Salvador Sostres:
Qué bochorno asistir al devenir de las reacciones del gobierno español ante lo que está sucediendo en el Sáhara Occidental. Qué entreguismo a Marruecos, qué cobardía. No es neutralidad ni prudencia, como defendían. Hoy, con las declaraciones y actos de los ministros Trinidad Jiménez y Alfredo Pérez Rubalcaba ha quedado claro que España no quiere saber nada. Prefiere mirar hacia otro lado, no incomodar las relaciones con un país vecino con el que tenemos fuertes intereses comunes. Justicia y humanidad frente a dinero y estrategia. Lo mismo que hizo Aznar al posicionarse junto a Bush en Irak, hace ahora Zapatero, traicionando la principal razón que le llevó a la Moncloa. Hoy en día, Zapatero habría apoyado a Bush. Hoy, Zapatero habría invadido Irak.
La ministra de Exteriores ha insistido en su comparecencia ante el Senado en la idea de que el gobierno no tiene datos suficientes para condenar la ofensiva marroquí en El Aaiún. “Esperamos que en los próximos días podamos tener información contrastada sobre el número de muertos [...] para saber exactamente a quién tenemos que pedir explicaciones”, ha dicho Jiménez. Dado que Marruecos ha bajado el telón informativo en El Aaiún, la ‘información contrastada’ sólo puede venir de ellos, de una de las partes. Al igual que Aznar empeñó su credibilidad al pedirnos que tuviéramos fe en la existencia de armas de destrucción masiva en Irak, Zapatero nos pide que comulguemos con la versión oficial sesgada que nos preparan para el Sáhara.
“Quizás ante los acontecimientos que se van conociendo posteriormente, realmente la prudencia era la mejor consejera desde el primer momento”. Con esta frase tan adverbial, Jiménez ya empieza a dejar entrever la tesis del gobierno: aquí no ha pasado nada y todo ha sido exagerado. Denles tiempo, ya verán.
Para que ningún muerto se escape de la manta que España y Marruecos quieren tender sobre el ataque al Sáhara Occidental, es imprescindible que los medios no puedan contar lo que sucede. Y esa ha sido la obsesión del gobierno de Rabat, impedir que los periodistas entorpezcan sus acciones. La justificación del ministro del Interior marroquí es que los medios españoles iban “con prejuicios y daban un tratamiento parcial” a la información. Pa chulo, chulo… Y Rubalcaba, más sonriente que nunca. Casi diría que le hacía ojitos a Cherkaui en su cara a cara de hoy.
Qué oportunidad perdida para haber mostrado fortaleza y convicción exigiendo la entrada en El Aaiún de un grupo de investigación político que certifique lo sucedido. Si el problema de los periodistas es su parcialidad, Marruecos no puede negarse sin ponerse en evidencia a la admisión de observadores que sí elaboren un informe objetivo de qué demonios ha pasado en El Aaiún.
Pero no, España, como afirma Jiménez, ha delegado toda responsabilidad en la ONU. ¡La ONU! En 2015 igual se reunen para hablar del asunto, quién sabe.
Y el sainete se ha convertido en esperpento cuando Rubalcaba se ufanaba de haber “obtenido el compromiso del Gobierno marroquí de investigar cualquier dato, cualquier nombre o cualquier preocupación que el Gobierno español tenga en relación con lo sucedido estos días”. Es genial. Los marroquíes investigarán sus propias andanzas en El Aaiún si España se lo pide (cosa que no hemos hecho, será que no tenemos dudas). Se espera que el Rey Mohammed VI se declare por sorpresa culpable tras investigarse a sí mismo (es ironía, claro).
Nos mean encima y dicen que llueve. Nos bañan en sangre y nos dicen que están contra la guerra.
La historia de Europa es una historia de violencia. De conquista y reconquista. De fronteras de ida y vuelta, de soberanías perdidas y recuperadas. De guerras sin fin por el poder, el territorio y el dinero. Cómo muestra el vídeo, los últimos diez siglos han vivido un continuo vaivén de los límites entre los países, siendo los cambios provocados las más de las veces mediante guerras.
Sea porque nuestra propia cultura y moral impulsaba el desarrollo de la ambición y la violencia o por el azar que nos regaló poderosos avances científicos, a los europeos se nos dio bien hacer la guerra. Aprendimos mucho desangrándonos entre nosotros y luego aplicamos la experiencia para adueñarnos de casi todo el mundo. Las Américas, las Indias, Oceanía, África. El afán de conquista de las sociedades europeas no tuvo límites, justificado por la complicidad moral que imponía el pretexto evangelizador cristiano.
En el resto del mundo, ninguna civilización había logrado avances técnicos similares a los europeos ni técnicas bélicas comparables. Esto no significa que fueran menos violentas. Los enfrentamientos entre grupos humanos han sido constantes desde que existen sobre la Tierra. ¿Es quizá intrínseco a la naturaleza humana el querer imponernos a nuestros semejantes? Lo cierto es que no podemos saberlo por la sencilla razón de que los violentos prevalecen. Imaginemos dos sociedades, una como la nuestra y otra en la que la violencia fuera inmoral y la ambición territorial no existiera. ¿Cuál prevalecería? Obviamente, la que investiga cómo ejercer la violencia, se prepara para ello y la ejercerá. La sociedad pacífica no podrá defenderse, no sabrá hacerlo. El resultado es que los violentos prevalecerán, extenderán su cultura y se harán más poderosos. Esa es la historia del mundo.
La historia del mundo es una historia de los violentos venciendo. Resulta obvio que las sociedades que hemos llegado hasta aquí somos las que mejor hemos sabido ejercer la violencia hacia nuestros semejantes. Y en ello andamos. Incluso nos hemos refinado y hemos aprendido a hacerlo también mediante la economía, espoleando las facciones más violentas en otras sociedades para que de nuevo allí se reproduzca el modelo de violentos sojuzgando a pacíficos. La historia continúa.
En este otro vídeo, se resumen las guerras habidas en el ultimo milenio en el mundo. Impresionan los momentos de las dos Guerras Mundiales: