Comunicado sobre el desalojo del PARAGUAS 30-06-11
Comunicado sobre el desalojo del PARAGUAS 30-06-11
El movimiento 15M no aspira a la ocupación, ni a la radicalización izquierdista, ni a ser una entidad política, ni a justificar continuamente que no somos violentos, ni a definirnos como anti-sistema o reformistas, ni a conseguir tres, diez o veinte puntos de cosas que hay que cambiar. NO, este movimiento social global, aspira a una única cosa:
La lógica
Desarrollar un mundo lógico en el que los problemas se resuelvan, no se solapen, se evadan y se escondan bajo la alfombra hasta la siguiente toma de poder. Un mundo en el que para el enorme beneficio económico de muy pocos, no requiera una ingente masa de personas en precariedad laboral y económica, un mundo en el que a los enfermos se les cure, a los niños se les eduque, a los mayores se les respete y a los trabajadores se les de trabajo. Entre otras muchas cosas, crear un mundo en el que, no se sigan construyendo nuevas urbanizaciones y expulsando a gente de sus hogares por no poder pagar al banco, sobretodo, cuando en esta ciudad hay más de 60.000 inmuebles vacíos -¡60.000 hogares en los que no vive nadie!-
Desde el día 19, en el que la ciudadanía volvimos a tomar nuestras calles, los ex-acampados de la Plaza del Pilar hemos estado trabajando en la recuperación de un edificio infrautilizado propiedad de la Caixa, un entidad financiera que, como tantas otras, sufraga conflictos bélicos destinando nuestro dinero para la fabricación de armamento.
Un edificio de cuatro plantas, buhardilla y sótano, que llevaba mas de siete años cerrado, en la calle de la Gasca. Su interior se encontraba lleno de escombros y basura, muebles rotos, vegetación desbocada y animales no muy simpáticos, es decir un inmueble abandonado a su suerte en pro de la especulación urbanística.
Nosotros lo tomamos y empezamos a hacer de él un espacio habitable, salubre y acogedor, un espacio funcional desde el que pensábamos trabajar para conseguir que se respetaran los derechos constitucionales de la ciudadanía, entre ellos, el derecho a una vivienda digna, ofreciendo apoyo a familias desahuciadas y asesoramiento a quien quisiera ayudar a la lucha contra la corrupción, el control bancario, el falaz sistema de elecciones que tenemos o cualquiera de los problemas que atenazan esta sociedad de supuesto bienestar.
Hoy, ahora, deberíamos estar inaugurando ese espacio, nuestro Paraguas, un lugar para el trabajo y el encuentro social, un edificio que ofrecería ayuda real en la lucha contra los desahucios, un germen de solidaridad, apoyo a la ciudadanía y en definitiva, de esperanza en pleno corazón de la ciudad.
Pero en su lugar estamos aquí.
Estamos aquí porque esta mañana las fuerzas de seguridad de este país han venido a desalojarnos de ese lugar, como consecuencia de una denuncia interpuesta por La Caixa - Servihabitat, pero esta actuación ha contado con infinidad de irregularidades. El auto, una resolución que en circunstancias normales el deficiente sistema jurídico de este país tarda meses en tramitar, se ha conseguido en apenas diez días, y cuando el caballo corre es porque alguien le fustiga. En esta sentencia también se alegaba que los motivos eran, entre otros, que el ruinos estado del edificio, algo ya desmentido unos días antes por dos aparejadores y un arquitecto, simpatizantes del Movimiento, que habíamos invitado a revisar la estructura. Declararon que el edificio era viejo pero no corría en absoluto peligro de derrumbe.
En el auto también ponía que había que desalojar el edificio a las 8 de la mañana y que la actuación policial se desarrollaría a partir de las 10:00. A las 8:30 ya estaban arrastrando a quienes permanecían sentados, en actitud pacífica, delante de la puerta del edificio. Personas cuyo única muestra de fuerza era la de su propio peso y la de enlazar sus brazos. El resultado de esta actuación se ha saldado con cero policías heridos, veinte personas contusionadas y un compañero hospitalizado tras habérsele golpeado en las costillas, pateado la cabeza y pisado los testículos.
Cuando los antidisturbios han arrastrado a toda la gente de la puerta y han entrado en estampida al edificio han comprobado cómo no había nadie dentro.
De nuevo, otra vez, vemos que quien hace uso de la violencia para conseguir sus objetivos.No somos ni los acampados, ni los indignados, ni, en líneas generales, la ciudadanía.
¿Y ahora?
Bueno, el edificio de la Gasca NO ha significado una pérdida, había mucho trabajo invertido en él pero... nos sobran la energía y los recursos. Nuestra meta es tan alta, tan importante, tan relevante y trascendente, que hará falta mucho mas que unos porrazos para pararnos. Ya tenemos alternativas. Seguimos trabajando, seguimos concienciando, expandiéndonos, informando, sacando a esta ciudad de la celda comunicativa en la que el sistema les ha obligado a vivir. Abriendo ojos. Despertando.
Y al final, no os preocupéis porque, tarde o temprano, volveremos a tener un hermoso, operativo, plural y social centro de trabajo. Volveremos a tener un nuevo Paraguas.
http://blog.acampadazgz.org/2011/07/01/manifiesto-del-desalojo-del-paraguas-30-06-11/