Goldman Sachs no juega a los dados
Nuestro corresponsal (C) en New York, especialista en economía financiera (juega a la bolsa desde los 14 años) ha tenido la suerte y el gusto de entrevistar a su gran ídolo Lloyd Blankfein (LB), máximo dirigente de Goldman Sachs. La inesperada charla transcurrió a ritmo de footing por Central Park, y es que el hombre más poderoso del mundo está en plena forma.
C: Sé quien es usted, soy un fan suyo.
LB: Gracias.
C: ¿Puedo hacerle un par de preguntas?
LB: Dispara.
C: ¿Cómo es su día a día? ¿Qué hace para ser quien es?
LB: Pues yo tengo una vida bastante normal, quiero decir, trabajo mucho, no me dedico a la buena vida y ya está. Me apasiona mi trabajo y quiero seguir haciendo lo que me gusta. Siempre digo 1ue o nadas o te ahogas.
C: Pero debe ser muy complicado mantener la motivación y aguantar el estrés.
LB: Como sabe todo el mundo, somos una gran compañía, la más importante. No es fácil ser Dios y además parecerlo. Pero nuestra gente es la mejor porque tiene ambición y esto es imparable. No puedo decirles: “Ey, bajar el ritmo”. Lo importante es mantener la idea de que no hay límites, podemos llegar más lejos.
C: ¿Cuál es su secreto?
LB: Seguir a tope, con la cabeza ocupada, no esperar, anticiparme.
C: ¿Y el de su compañía?
LB: La información es lo más importante. No somos ni un banco old school, ni una empresa que se dedica a crecer porque vende lo que produce y vuelve a invertir. GS invierte en capital humano: fichamos gente influyente y formamos a personas que consiguen llegar a sitios clave. Un ejemplo es nuestro colega Mario Draghi, nuevo presidente del Banco Central Europeo.
C: ¿Qué va a pasar con la crisis?
LB: Grande cosas. Tu acento es latino ¿eres español?
C: Sí.
LB: Me encanta tu país, pero lo vais a pasar mal, has hecho bien en venir a América. Ahora Europa es el objetivo.
C: ¿Por qué?
LB: Para que te hagas una idea, los movimientos financieros dominan el mundo y cuanto más muevas más poder tienes. Piensa que el capital financiero es seis veces el PIB mundial. Pero no es tan fácil como parece. Lo importante es buscar la mejor inversión en cada momento. Para eso hay que jugar a dos, tres, cuatro bandas y tener siempre uno, dos o tres ases en la manga.
C: Pues yo a veces cuando juego en la bolsa me siento fatal.
LB: Chaval, entonces no es lo tuyo. Todo o nada. Si juegas es para ganar y ahí fuera hay una jungla. Nosotros hemos colocado productos sabiendo que se iban al carajo, entre otras razones porque estábamos apostando contra ellos. Somos los mejores porque no vamos poniendo la otra mejilla. Hijo, en el último trimestre hemos duplicado beneficios. Hazme caso: “Dios no juega a los dados”.