Para dar crédito a clientes un banco no sólo debe tener la liquidez necesaria sino el suficiente capital libre.
La operación de refinanciación del Banco Central Europeo que ayer comenzó no será la panacea.
Ni para las impresas ni para el Tesoro, al menos no para Italia, y tampoco para nuestros bancos más grandes.
Para brindar crédito a los clientes o para comprar títulos de deuda estatales, un banco no sólo debe tener la liquidez necesaria.
También tiene que disponer del suficiente capital además del que ya ha empeñado en otros préstamos anteriores pues todo crédito comporta, de hecho, riesgos.
Para hacer frente a los nuevos peligros que se asumen, una entidad debe tener el suficiente capital libre. Si no dispone de él, la liquidez sirve de poco.
En realidad, de casi nada.
El organismo que preside Mario Draghi puede ciertamente contribuir a atenuar la recesión en ciernes, pero es una ilusión pensar que la solución a nuestros problemas pasa únicamente por Fráncfort.