TODO sobre las REFORMAS de las PENSIONES
TODO sobre la REFORMA de las PENSIONES
Caer en el error de convertir la negociación en un fin, es lo que hacen aquellos que se legitiman en la firma del mismo y no en sus contenidos.
De la misma forma, negar la negociación como parte de la praxis sindical sería un brindis al sol, pero la negociación siempre debe ir unida a la movilización como parte de esa misma praxis.
La cuestión es que las negociaciones se ganan o se pierden, pero siempre con el objetivo de buscar la mejora, nunca negociar para perder y seguir perdiendo.
Este país necesita negociaciones, para poner fin a la precariedad y aumentar el empleo, para fomentar la inversión y crear una banca pública.
Pero este país no necesita una reforma de las pensiones. No es simplemente nuestra opinión, lo demuestran entre otros, los informes previos de CCOO, nuestro sindicato.
Esta reforma de las pensiones atiende a las exigencias de los mercados y el acuerdo a los intereses electorales del PSOE. Pueden intentar justificarse el acuerdo pero su contenido es claro y reconocido, supone una merma considerable de los derechos de los y las trabajadoras de este país.
Y aun mas, no se pude decir que este es el mejor acuerdo posible cuando no se ha realizado un proceso de movilizaciones real tras el 29S, ni se ha buscado mejorar la correlación de fuerzas.
Los negociadores han aceptado el retraso de la jubilación y medidas que reducen notablemente las cuantías, en un recorte de derechos sin precedentes.
Pretenden camuflar este enorme retroceso, argumentando la posibilidad de jubilarse antes para ciertos colectivos, pero lo cierto es que la inmensa mayoría de la Clase Trabajadora necesitará cotizar nada más y nada menos que 38’5 años, si quiere jubilarse con el 100% de la base reguladora al cumplir 65 años.
Se mantiene como mínima la cotización de 15 años para jubilarse a los 67. Lástima que sirva de bien poco, ya que en este caso la cuantía a cobrar es sólo del 50% de la base reguladora, como antes, y para cobrar el 100% se pasa de necesitar cotizar 35 años a 37.
Para rematar los cálculos, las lagunas de cotización a partir de 24 meses se cubrirán tan sólo con el 50% de la base mínima de cotización, redondeando un poco más la miseria de pensión que nos espera.
Resulta insultante que se intente justificar lo injustificable con frases como “La edad de acceso a la jubilación estará determinada en buena medida por el esfuerzo previo de cotización que hayan realizado los trabajadores”, como si cotizar más o menos dependiera de la voluntad de los trabajadores –y trabajadoras-
De todas maneras, una de las medidas más lesivas de este acuerdo apenas si se está comentando.
Y es que la edad máxima de jubilación no se establece en los 67 años, si no más adelante.
Los trabajadores y trabajadoras podrán continuar trabajando y contarán para ello con incentivos sobre la cuantía de su pensión.
Y a más años cotizados, mayores incentivos, lo que puede traducirse en a mejores condiciones y vida laboral, mejor pensión, ya que superar voluntariamente la edad de jubilación sólo puede producirse por dos razones: o bien por necesidad económica o bien porque se tiene un trabajo tan acomodado que no importa continuar.
En todo caso, resulta obvio que para quienes tengan necesidad económica la edad de jubilación está situada más allá de los 67.
Además, se aceptan sistemas complementarios de reparto y de capitalización. Es decir, que se deja la puerta abierta a que los bancos completen nuestras pensiones.
Éstas son las principales joyas de la corona del acuerdo.
Una reforma del Sistema de Pensiones que perjudica a los trabajadores y trabajadores más vulnerables que, por cierto, cada vez somos más.
Para la juventud (y los y las que no somos ya tan jóvenes) supone difuminar totalmente la meta al final de una vida laboral incierta y precaria, imposibilitando a la inmensa mayoría cobrar la cuantía completa de su pensión.
Se pide formación a la juventud pero se penaliza a quien mas año estudia, ya que no cotiza.
No pasemos tampoco por alto que el acuerdo contempla el aumento del período de carencia, de tal modo que, para cobrar algo, en el 2022 será al menos necesario haber cotizado un mínimo de 25 años.
Las mujeres no salen mejor paradas del acuerdo.
La precariedad en la que se encuentran inmersas las trabajadoras no difiere mucho de la de los jóvenes, con la diferencia de que en el caso femenino, las probabilidades de que sus condiciones mejoren con el paso del tiempo son mucho menores.
Por eso, esta reforma les es muy especialmente lesiva, más si consideramos que su vida laboral es mucho más discontinua que la de los varones como resultado de no haber logrado la conciliación de la vida laboral y la familiar (sin mentar ya la personal).
No obstante, este problema está previsto por el acuerdo, que establece un período de cotización de 9 meses para aquellas trabajadoras que abandonen su empleo con motivo del nacimiento o adopción de un hijo o hija.
El principal efecto de esto será el abandono de las mujeres del mercado laboral, lo que recuerda a la dote que el franquismo concedía a aquellas recién casadas que abandonaban su trabajo para ocuparse en exclusiva de la familia.
No vamos en a tirar piedras sobre nuestro propio tejado despotricando contra el sindicalismo, como tampoco vamos a cerrar los ojos ante atropellos como este pacto sobre el Sistema de Pensiones.
Pero si Marcelino Camacho no estuvo dispuesto a regalar a la socialdemocracia y a los mercados el primer sindicato del país, luchando hasta el final, nosotras y nosotros tampoco vamos a hacerlo.
Somos de CCOO y vamos a seguir siendo, porque consideramos que sigue siendo el instrumento más fuerte del que se puede servir la Clase Obrera. Por eso, lucharemos para que CCOO sea plenamente, como se define en sus estatutos, un sindicato democrático e independiente, reivindicativo y de clase.