Si España está como está, no es sólo por su banca sino también por la pobre calidad de su empresariado
Los empresarios, en España,
dejan mucho que desear a todos los niveles
y si hoy en día andamos como andamos, es, en gran medida,
por la precariedad y racanería
con que crearon empleos en la época de bonanza.
Su avidez por ganar dinero no tiene límites
y no sería reprochable sino fuera
porque tanto, les lleva a pagar bajos salarios
en pésimas condiciones laborales con contratos precarios y temporales
como a intentar defraudar a hacienda en todo lo que pueden.
España es uno de los países que mas billetes de 500 acumuló durante la crisis
y hoy en día no se sabe donde fueron a parar.
En su día, se dijo,
que la mitad de esos billetes que circulaba por Europa se encontraban aquí.
Eso quiere decir que aquí se ganó mucho dinero,
pero esa ganancia no ha repercutido
ni en el estado, ni en los trabajadores
y mucho menos en los balances de los bancos.
Si esos patriotas de pacotilla, hubieran cumplido con su deber,
estaríamos hoy en día en mejores condiciones para salir de esta crisis.
No entienden como en Alemania por ejemplo,
que mejores salarios dan lugar
a más consumo y por consiguiente más beneficios
y que el ofertar mejores condiciones de trabajo conlleva
tener a los mejores especialistas en tu empresa.
Pero su catadura moral es tan baja
que se contentan simplemente con tener más que el vecino.
No buscan crear empleo que repercuta de alguna manera en la sociedad,
solo buscan el mayor beneficio
con la ley del mínimo esfuerzo en el menor tiempo posible
y si se puede, sin ningún riesgo.
Y así pasa, que en cuanto un tipo de negocio tiene un cierto éxito
empiezan a surgir por miles en toda España,
con lo cual, siempre anda cojeando nuestra economía por no estar diversificada.
Y no solo esto,
sino que han permitido con la precariedad y racanería de sus empleos,
que ya llevemos dos generaciones de jóvenes
que no sepan lo que es tener un trabajo digno
y anden a salto de mata de la casa de sus padres a pisos compartidos.
Porque es evidente, que piensan que tienen que estar muy requetemal,
para ponerse a trabajar en tan precarias condiciones.
Y aún hoy en día y a pesar de la dureza de la crisis,
todavía hay quién lo sigue pensando.
Pues aún así, creen que las condiciones de trabajo están sobrevaloradas.
Eso no lo decían
cuando había suculentos beneficios y faltaba mano de obra.
¿ Y qué hicieron? ... En vez de emplear tanta ganancia
en mejorar las condiones laborables de su contratos
para que así pudieran los españoles acudir a sus ofertas de trabajo,
prefirieron pagar una miseria con contratos mas que precarios,
si es que los había,
a cualquier extranjero que llamara a su puerta
aunque tuviera menos papeles que una liebre de campo.
Como pueden ver,
nuestro empresariado
no tiene nada que envidiar a los más reaccionarios del siglo XIX.
Y si por ellos, entre otras causas, nos vemos así,
no esperéis, que nos ayuden ni mucho menos a salir de ésta,
a no ser, que les salga cuasi gratis o " regalao" nuestro mantenimiento.