La derecha como solución a la crisis

MARTES, 7 JUNIO 2011

El presidente del PP, Mariano Rajoy, durante una intervención en Cataluña. / pp.es

Veo lo de Portugal y confirmo la impresión que tengo desde hace tiempo: la ciudadanía en general se pone en manos de los partidos de derecha en tiempos de crisis. Puede deducirse que el individuo medio piensa que es muy bonito ser progre cuando todo va más o menos bien, pero cuando peligran las cosas de comer se apuesta por los que saben más de esto de la economía y los números.

Un razonamiento bastante grueso, porque ni hay ya tantas diferencias en lo económico entre izquierda y derecha ni hay una carencia total de buenos economistas en la izquierda. Pero creo que algo hay de eso ahora mismo en el mundo. Veremos Italia, donde el fenómeno Berlusconiescapa de cualquier análisis ortodoxo.

Escribo esto a sabiendas de que el lector de cuartopoder.es tiene un perfil digamos no conservador y por tanto, no ve con alegría un posible Gobierno del PP. La campaña electoral que de facto está haciendo ya Rubalcaba contra los populares atiza los miedos más allá de lo razonable.

Me cae bien el ministro y vicepresidente primero del Gobierno, aunque sólo sea por el agrado inmediato que me producen las personas de mirada y conversación inteligente. Y ni el peor de los enemigos del ex atleta negarán que es una persona de reflexión rápida y discurso ágil. Luego, ya entramos en si se parece más a Richelieu, Fouché, Maquiavelo o Jack el destripador (según algunos tertulianos, a este al que más).

Tenemos un escenario en el que la derecha española está deseosa de tomar contacto con el poder para repetir las recetas del 96… algunas de las cuales las está implementando Zapatero a toda prisa antes de agotar la legislatura, como la privatización de Aena y las Loterías, o los innumerables intentos de lograr una reforma laboral de la que, desde luego, no saldrán más privilegios para los trabajadores.

El PP arde en ganas de aplicar medidas liberales como bajadas de impuestos para dinamizar la economía. Una teoría económica muy elástica, conforme al concepto económico de elasticidad, por el que cuanto más se baje el precio de algo, más dinero se gana porque se vende más. Así, cuanto menos paguen las empresas más empleo y dinamismo generarán, por lo que aumentará la recaudación de impuestos indirectos. Esto funcionó en el 96 y posteriores años, hasta generar una burbuja que inflaron aún más los bancos centrales con sus inyecciones de liquidez que hicieron que el dinero fuera algo casi gratis.

Pero las consecuencias buenas fueron dos, nunca vistas en España: creación de empleo masivo y superavit en cuentas públicas. Todo ello, con la entrada en el euro como hoja de ruta de la primera legislatura de Aznar. La gasolina de las privatizaciones fue básica. Fueron muy criticadas entonces. aunque ¿alguien contempla ahora que Telefónica, Repsol o Endesa fueran públicas hoy?

Que sobrara dinero era algo no visto nunca y gracias a ello se creó el voluntarioso Fondo de Reserva de las Pensiones, un gesto muy bonito y en el que hay más de 50.000 millones de euros depositados, que deben dar para pagar tres o cuatro meses como mucho. Pero, desde luego, no puede considerarse esto como un recorte social.

Tengo dos dudas sobre la derecha. La primera y más importante: ¿este modelo sigue siendo válido hoy? Recuerdo un desayuno con Montoro en el que se mostraba fírmemente convencido que sí. Al igual que antes, “ahora tenemos que bajar prima de riesgo”, comentaba.

Pero por entonces había un Banco de España que bajó sus tipos de interés desde cotas muy altas, lo que puso nuestra economía como una moto. Hoy, el Banco Central Europeo (BCE) tiene el precio del dinero artificialmente bajo, pero es que encima hay inflación. Con una moneda que no controlamos, estímulos monetarios no pueden haber, por tanto.

En el 96, el profesor Barea diseñó una congelación salarial a los funcionarios que fue un auténtico escándalo social. Ahora, Zapatero ya les ha recortado un montón el salario, en un gesto sin precedentes, y por ahí poco va a poder recortar el PP. No olvidemos que en dicho colectivo no sólo están esos antipáticos administrativos de ventanilla, sino que están los policías, los médicos… Gente muy importante. Demasiado.

La otra es la corrupción. Si el felipismo fue el de los grandes casos de corrupción, en las dos legislaturas del PP; las del crecimiento rápido, el pelotazo y el boom inmobiliario, la corruptela se capilarizó. Está por doquier y las maquinarias de partido se encargan de evitar que haya casos ejemplarizantes, lo que hace temer hasta dónde llegará el grado de pringue. Luego se extrañan algunos de que salgan movimientos de acampadas. Serán más o menos costrosos, pero que tienen mucha razón en el fondo es una verdad como un templo de grande.

Las cajas de ahorros, las administraciones, los órganismos reguladores, las empresas llenas de amigos… muchos de ellos esperando que retorne el PP para volver a disfrutar de antiguos privilegios. ¿Está Rajoy preparado para afrontar esto? De momento, no puede presumir de haber tenido mano dura con los corruptos. Tampoco el PSOE, por cierto.

Pero creo que nadie negará que si llegan los chicos del PP, al menos el Gobierno que se forme ya sabrá de entrada en qué consiste la prima de riesgo, qué pasa si se emite más o menos deuda y si hay más o menos déficit. ¡Es que Zapatero no sabía esto cuando llegó! Era un hombre convencido de que el dinero público se gasta y se pide más. Y si el cascarrabias de Solbes le decía que no era posible era porque era un chinche y entonces, a cambiarlo y a otra cosa.

ZP ha vivido convencido de que realizar promesas y más promesas, sin saber cómo se iban a pagar, era un síntoma de progresismo. Se ha enterado a la fuerza y entonces se ha tenido que tragar unos sapos enormes. Ha sido el presidente que más ha recortado a la sociedad, a pesar de que diga que es un bellaco el que afirme esto. Pues creo que hay casi 4 millones de bellacos empleados por el estado que lo dirían ante notario.

Tiene razón Arenas cuando dice que el peor recorte social es el paro. Conviene ver ahora cómo gestionarán los de Génova este entorno de endeudamiento masivo, paro brutal, tipos al cero, inflación… ¿Cómo estimular una economía así? Muy buen equipo deberán tener y, por cierto, nadie sabe quién es líder económico del PP.

En fin, sólo es una pequeña pincelada de miles de cosas que podrían decirse, pero bastante largo ha quedado esto como para extenderme. Lo bueno de internet es que si alguien tiene algo que decir, no tiene más que dejar un comentario. Cuanto más intercambio de ideas haya en este país, mejor para todos.