Unas 30.000 personas protestan en Bahréin para exigir reformas políticas
Cerca de 30.000 personas se han manifestado este viernes en Manama, la capital de Bahréin, gritando "un hombre, un voto" para reclamar reformas políticas convocados por la oposición a dos días de que decida si abandona el diálogo nacional.
El secretario general del principal partido de la oposición chií Wefaq, el jeque Alí Salman, ha pedido la aprobación de reformas políticas que garanticen al pueblo bahreiní una mayor representación en el Gobierno.
"La verdadera victoria es alcanzar el consenso nacional en las reformas democráticas más importantes que respondan a las demandas populares de justicia y que generen seguridad, estabilidad y crecimiento", ha manifestado Salman ante la multitud congregada, que ha portado banderas de Bahréin, y algunos asistentes que se han subido a los tejados de algunos edificios colindantes.
No obstante, Salman ha llamado a la calma, reafirmando que el objetivo de las movilizaciones no es "el derrocamiento del régimen", sino "su reforma profunda" hacia la democracia. La protesta de este viernes ha sido secundada por alrededor de 30.000 personas, cuando Bahréin tiene una población de no más de 700.000 habitantes y cuya gran mayoría reside en la capital.
PESIMISMO
El pesimismo cunde entre los grupos políticos opositores, puesto que, en la actualidad, sólo cuentan con 35 representantes de un total de 300 en la mesa del diálogo nacional, algo que el Gobierno ha defendido reiteradamente, alegando que su pretensión es que las conversaciones incluyan a todos los bahreiníes, sean o no participantes en la vida política nacional.
De hecho, los representantes de Wefaq abandonaron las negociaciones durante la sesión del martes después de ser objeto de insultos por parte de un parlamentario suní y fue a raíz de este acontecimiento cuando Salman confirmó que su partido estaba considerando la opción de abandonar el diálogo nacional.
Sin embargo, el Gobierno ha emplazado a las demás partes implicadas en las conversaciones a continuar con el proceso, si bien, con el abandono de Wefaq, el pretendido consenso político perdería fuerza en favor del recriminado sectarismo.
REPRESIÓN
En este contexto, la represión gubernamental a los chiíes continúa, así como las protestas diarias en las localidades próximas a Manama. Como respuesta, fuerzas antidisturbios recorren estos lugares disparando granadas aturdidoras, gas lacrimógeno y pelotas de goma contra los manifestantes.
La ONG Human Rights Watch (HRW) ha exigido a las autoridades bahreiníes que investiguen los casi 2.000 despidos registrados, señalando que podrían haber sido como castigo por haber participado en alguna protesta antigubernamental.
Esta represión ha conducido a un incremento del número de partidarios de la abolición de la monarquía, frente a la línea moderada y conciliadora que mantiene Wefaq.
Decenas de miles de chiíes tomaron las calles de Bahréin en febrero y en marzo para reclamar reformas democráticas. El recrudecimiento de los disturbios desembocó en el despliegue de las tropas de los miembros suníes del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). Los monarcas bahreiníes (suníes) pidieron su ayuda para contrarrestar las protestas.